martes, 14 de octubre de 2014

Te soñé.

Hoy desperté acelerado, buscando tu rostro en esta realidad.
Soñé contigo, y ahí, hasta te pude tocar
rose mi mano con tu hombro
y me devolviste una sonrisa detrás.
Cuanto te extraño.
En esa fantasía, jugábamos algo
sin embargo,
yo te buscaba y tu corrías
te escondías y ya no te veías;
te fuiste en el sueño también huiste.
Te soné y desperté con el corazón en la palma
con tu mirada clavada en el alma,
sin la posibilidad de escucharte,
con el único propósito que estaba claro, pensarte.
Te volví a ver, tan radiante como siempre,
tan bonita como siempre,
y en un sueño como siempre.


Tu habitabas mi alegría que sin ti sólo sucedió una casa vacía,
eres un sueño recurrente, para hoy mi falta de armonía.

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