lunes, 3 de marzo de 2014

Una llamada.

Una llamada de esa voz angelical,
de ese ser paranormal.
con ese sonido que me ensortija,
que me paraliza...
¿cuánto la extrañaba sin saberlo?,
¿cuánto de ella aún me habita?

Pocas palabras tras algunos años,
tras muchos desvelos,
pero aún así siguen los llamados.

Felicidad disuelta en volver a escucharte
en regresar a pensarte, en volver a mentarte.

Un grito desesperado que suena como tu,
y mi sonrisa dibujada, porque suena como tu.
¿Quién eres? ¿Quién soy? ¿Quienes somos?
que aún después de tanto nos reconocemos en voz.
¿Recuerdas cuanto tiempo pasamos al teléfono
o lo felices que eramos?

Un aviso, un saludo, unas palabras y toda la distancia,
esa que no es de kilómetros sino de días llorados,
esa que no depende de donde estés, sino de que ya no somos.

Y aún te escribo, como en antaño después de escucharte,
de perderme en tu voz y pienso "aún hoy podría quererte".