domingo, 2 de febrero de 2014

A diario.

He encontrado las formas para mirar tu rostro a diario,
traerlo a la memoria,
pensarlo como siempre,
contemplar una de tus fotos en el ordenador
o aquella que cargo en el bolsillo,
aveces sólo cierro los ojos y te miro.

Hallé la manera de saber de ti a diario,
aunque sólo sea un monosílabo,
un minuto,
una frase u otra historia,
un relato de tu agitada vida,
la lectura de tus días,
de tus noches sin sueño
de mis días sin anhelo (cuando no estas).

Encontré que a diario uno puede querer a alguien,
que calidad no es cantidad,
aunque pueda ser que en la cantidad este la calidad
(depende de las preferencias intrínsecas de los interesados),
que el tiempo dado es precioso y más cuando me lo das a mí.

Y es que a diario te encuentro en mi mente
rondando por ahí,
como una imagen repetida,
como un placer recurrente,
a diario te pienso,
y hay días hermosos en los que te toco.