jueves, 16 de diciembre de 2021

Antinomias cohabitables.


Ayer comprendí como se siente la sombra, 

sentí lo helado del fuego

trate con éxito una enfermedad mortal,

escuche claramente la voz de Dios

volé en el agua

flote en las piedras

hice poemas sin inspiración,

reí de una tragedia y lloré con una comedia.


Por fin entiendo la soledad acompañado

el desvelo por voluntad

el amor sin corazón

el porque te fuiste.

Al final comprendí 

que debí no deber

y debería dejar de querer.


...te sentí desde lejos

junto a la luz del Sol,

experimente el vacío,

cuando miento lo que no existe

eso me cosquillea el oído

 mientras observo día tras día el mañana de ayer.


Me encuentro sin haberme perdido

y al segundo, sigo una visión de un inexistente

de un demonio con trazas de bondad

de una mujer que parece ser realidad.


Me autoconvenzo que nada es

mientras el todo me avasalla sin razón,

la mente decide primero que el corazón

y el pánico sólo es cuestión de lo que ves.


El final por autonomía se convirtió en principio

la literatura volvió a hablar de fantasías

la locura ilumina a todos,

y el sueño avasalla sin pensar el tiempo.


Puntos lineales

que se entretejen para no anudar,

textos y subtextos

que vamos hallando sin saber cuando parar.